SOMOS OJOS: ¿QUIÉNES SOMOS, QUÉ SOMOS?

SOMOS OJOS: ¿QUIÉNES SOMOS, QUÉ SOMOS?

En muchas ocasiones, los sentidos son los que nos brindan las mayor posibilidad de realizar o no alguna tarea o acción, digo en muchas ocasiones puesto que es preciso no olvidar el heroísmo y la fuerza de voluntad que poseen muchas personas y que sale a flote (a veces) en momentos de angustia y desesperanza, pero, qué pasa cuando todos, es decir de manera colectiva, nos vemos afectados, impedidos, limitados, por lo menos por la falta de uno de nuestros sentidos, que pasa con nuestras creencias, con nuestras emociones, con nuestros valores, etc.

La mayor parte de lo que existe en el planeta (de lo creado por el hombre), y la mayor parte de las acciones que realizamos diariamente están relacionadas de manera directa y dependiente del sentido de la vista, dentro de todas estas acciones de nuestro diario vivir, se encuentra presente de manera constante nuestra interacción con los demás, con aquellos a quiénes aceptamos o rechazamos, a quiénes queremos y a quiénes odiamos, a los que estamos dispuestos a ayudar sin importar hasta donde se puede llegar y a los que sin pensarlo dos veces hasta mataríamos, de quienes nos enamoramos, confiamos, soñamos, idealizamos, etc., la lista es larga y no promete acabarse; pero, a estas interacciones con las demás personas, también responden una serie de interés personales, podemos distinguir entre lo que nos gusta y lo que no, entre lo que nos agrada y lo que repudiamos.
Al responder a dichos interés, o dicho de otra manera, al tratar de responder a las necesidades que de alguna manera podríamos llamar naturales, se ve reflejado verdaderamente quienes somos, es decir, somos egoístas, y tan solo algunos son capaces de superar esta condición y actuar de manera épica en momentos de catástrofe y desesperanza; el ensayo sobre la ceguera de Saramago, nos pone enfrente de una situación en la que se pueden observar algunas de nuestras mas primitivas acciones.

Dentro de nuestro desarrollo personal, se tejen relaciones sociales que se ven afectadas por lo que “vemos”, pero que es realmente lo que vemos, vemos a las personas caminar, correr, comer, comprar, “amar”, sufrir, esperar, soñar, pero realmente las vemos, y… nos vemos, es decir, en que momento somos capaces de dejar de mirar hacia afuera y empezamos a reconocernos y determinar quiénes y qué es lo que realmente somos, en el mundo actual, parece que nos acostumbramos a definir el quienes somos a partir de nuestro nombre, de nuestro color de ojos, por nuestra estatura, etc., pero olvidamos que tal ves la mejor manera de reconocernos es bajo nuestras acciones, nuestro pensamientos y la coherencia y consecuencia que existe entre unos y otros.

En ocasiones, bajo las condiciones actuales, e incluso atreviéndome a hablar del tiempo en que se sucede una determinada acción, nos preguntamos si no estaremos ciegos, si no seremos tontos,[1] dado que a algunas cosas, objetos e incluso seres, atribuimos adjetivos que son superficiales e incluso que engañan, por ejemplo aún es insospechado (desde mi perspectiva), el porqué no protegemos nuestro planeta que es nuestra casa en vez cambiarlo por “comodidades y excentricidades ” de las que ni siquiera podemos disfrutar y las cuales no permiten un crecimiento personal que armonice la convivencia de nuestra raza con nosotros mismos y con las demás especies de nuestro planeta.

A pesar de los avances tecnológicos y de la ciencia, lamentablemente, es preciso comentarle a Saramago, aún vivimos ciegos, unos con la consciencia de ello, pero ciegos, puesto que con una luz incandescente sobre los ojos o estando sumidos en una oscuridad absoluta, vivimos en la costumbre aceptando diariamente una rutina que no estamos comprometidos en querer cambiar, seguimos con la mismas creencias, con los mismos hábitos, no queremos ver mas allá de lo poco que se logra percibir, no queremos abrir los ojos, desde niños se nos educa en la envidia, en el egoísmo en el bienestar individual, crecemos esclavos de la cultura, de la religión, de la sociedad misma, estamos acostumbrados a juzgar lo que “vemos” y no indagamos cuál es la razón fundamental de nuestros actos y de los actos de los demás, por ello mismo creamos guerras y acabamos con nuestro hogar (el planeta), por que nos cuesta ver la esencia verdadera de las cosas.

Como dijo el conocido poeta nadaista, nacimos libres y nos civilizaron, necesitamos escapar de la ceguera, necesitamos volver a ser libres, necesitamos crecer en el bienestar común, en la solidaridad, en el respeto, necesitamos quitar la venda que cubre nuestro ojos en diferentes ámbitos con el emocional, físico, social, etc. Necesitamos reconocernos, saber quienes somos, que somos, necesitamos VER.




Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos.[2]




[1] No estoy estableciendo ninguna relación entre ser tonto y ser ciego; no son sinónimos y no pretendo que lo sean.
[2] SARAMAGO, José. Ensayo sobre la ceguera, pág.  204
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